sábado, 22 de septiembre de 2012

RAOUL WALSH Coord. José María Latorre (Reseñas 38 )



Asistía al cine con mis padres, eran aquellos pases que autorizaban “menores acompañados” cuando los abuelos no se podían o querían quedar a cargo de los nietos. Un cine de verano, el Trianón , la película policíaca en blanco y negro y la imagen en la retina para siempre: el criminal volaba, materialmente en pedazos, entre la explosión de un depósito en la cúspide de una refinería, mientras decía algo así como “en la cima del mundo”. Eran tiempos en que en España los colores no eran sólo una longitud de onda de luz y el título parecía tener hasta sentido político “Al rojo vivo”.
Mas tarde: “Murieron con las botas puestas”, “Objetivo Birmania”, “El hidalgo de los        mares”, “Helena de Troya”, “ Una trompeta lejana”…películas vistas espaciada y aleatoriamente en  los tiempos en que eran de: Errol Flynn, Gregory Peck…”de guerra, de piratas, de romanos, de indios”; pero formaban un poso de imágenes
No lo sabía, entonces, pero todas habían sido firmadas  por Raoul Walsh, un director con un parche en su ojo derecho fruto de un accidente en pleno rodaje, que parecía extraído de alguna de sus películas de aventuras, y que andando el tiempo me haría apreciar la ejecución de un cine con personajes dando sentido a sus movimientos. Uno de los pioneros del cine, ayudante de D.W.Griffith, actor en “El nacimiento de una nación”, con ciento treinta y seis películas dirigidas en su “currículum” y aun tuvo tiempo para escibir, a sus ochenta y cuatro años y cuando las productoras le "habían jubilado", una novela-western “La ira de los justos”; un hombre nacido en el siglo XIX (1887) y muerto en las proximidades del XXI (1980).
Coordinado por José María Latorre y editado por Nosferatu, a lo largo de más de trescientas páginas y con un equipo de colaboradores de prestigio: Hilario J. Rodríguez, Carlos Losilla, Quim Casas, Ricardo Aldarrondo, Jesús Angulo, Tomás Fernández Valentí, Roberto Cueto, Antonio José Navarro, Jordi Bernal, José Enrique Monterde,  Tino Pertierra  y el mismo Latorre elaboran un pormenorizado estudio sobre la obra singular de Walsh.
Un estudio en que son examinados, con detalle, los distintos géneros que dirigió y que disecciona quince títulos que forman un “cuadro de honor”, elaborado por el equipo autor del libro, en el que no faltan “El último refugio”, “Los violentos años 20”, “Gentleman Jim” o “El ladrón de Bagdad”..
Una rehabilitación de un Walsh, al que gran parte de la crítica ha despachado de un plumazo con la denominación “artesano” y que, quizá no lo dijo nunca pero seguro que lo pensó, sólo sabía hacer CINE.
Un libro recomendable que una vez leído crea la necesidad de “saber más” y ver esas películas de Walsh, que el lector ignoraba fuesen suyas, y revisar las conocidas y   firmadas por dicho director.
Creo que no me equivoco al decir que a diario en España en algún canal de televisión, a cualquier hora del día o de la noche se está reponiendo alguna película de Raoul.Walsh.