domingo, 24 de junio de 2012

EL TAMAÑO SÍ IMPORTA (Ensayo 14)


Con más de sesenta mil títulos publicados anualmente en nuestro país podría ser momento de evaluar la calidad de lo publicado y ello sin distinción de géneros sino si es buena o mala literatura.
A la vez sería  bueno observar que la moda de la novela “tocho” se está extendiendo y así no hay libro que ocupe los primeros puestos de ventas- "best seller" - que no supere las seiscientas páginas con unos supuestos marchamos de calidad y de respetabilidad.
La novela de género arrastra un complejo de inferioridad con respecto a la novela general o “de la corriente principal, sea por haber estado durante muchos años en las catacumbas de la crítica “sesuda” o porque a veces le recuerdan sus orígenes como ”novela por entregas” o “pulp”, cuando pocas son las novelas que naciendo en el siglo XIX no vivieron esa etapa y son referentes literarios.
Sin embargo la novela clásica de género- me refiero al negro, policíaco o criminal- no suele superar las trescientas páginas y ello no quiere decir que sus personajes no estén bien dibujados, sus tramas no sean completas e interesen al lector o sus descripciones sean una foto fija de un paisaje sin vida.
Cierto que el estilo y la forma de escribir, en su evolución, han cambiado y la linealidad : planteamiento, nudo y desenlace ha sufrido, lógicamente, las modificaciones que la creatividad del autor imponen y los “flash- back”, narraciones en bucle, helicoidales, etc. avanzan a la vez que la fusión entre géneros; todo en aras de forzar unos límites, que por mucho que los estudiosos se esfuercen en clasificar y definir, están condenados a ser superados.
Pero ello no debe implicar que la historia, con objeto de darle empaque, prestancia y “tapa dura”, deba alimentarse de hormonas, saciantes y otros productos, que en lugar de hacer digerible la narración, nos den la sensación de “leer algo importante por su aspecto” pero que nos produce pesadillas a poco que intentemos recapitular sobre lo leído.
Como muestra, bastante común, tenemos la construcción de historias con continuos “flash- back”, en donde los personajes pasan del pasado al presente en tres páginas- un capítulo- para retornar a un pasado, que de inmediato nos devuelve al presente y la narración amontona páginas y páginas en tartamudeos capitulares que rompen el ritmo y rizan el rizo en la creación de una acción inane.
Cuando le preguntaron a Sturgeon por qué el noventa por ciento de la novela de ciencia ficción era basura su respuesta fue: “porque el noventa por ciento de todo es basura”; es deseable que ese diez por ciento del todo vaya ascendiendo en porcentaje y eleve, en la misma proporción, el de la literatura.
Y todo ello no debe hacernos olvidar que “ lo bueno, si breve, dos veces bueno”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario